La Guardia Urbana es un servicio público fundamental para poder disfrutar de una ciudad amable con las personas. No debería hacer falta recordar lo importante que es para la calidad de vida en una ciudad la seguridad, la convivencia y el civismo y lo difícil que es gestionarlo en una ciudad densa y compleja como l’Hospitalet. Se necesita una Guardia Urbana con una estructura coherente, unos objetivos definidos, unas jerarquías claras y una dotación correcta. Todo esto da mucho trabajo y ninguna foto, que es lo único que interesa a la alcaldesa de l’Hospitalet, la socialista Núria Marín.
Tras 40 años con el mismo partido en el poder, de los cuales Núria Marín ha estado 25, el gobierno municipal se ha abandonado a la dejadez y el funcionamiento de la Guardia Urbana se está resintiendo. No solo lo refleja el incremento de la percepción ciudadana de que el principal problema de la ciudad es la inseguridad ciudadana. En un año ha pasado de ser percibido por los vecinos como el tercer problema de la ciudad a ser el primero.
Los propios sindicatos de la Guardia Urbana llevan tiempo advirtiendo de la mala gestión con ejemplos muy diversos: compra de 15 motos eléctricas de 14.000 € cada una que no se usan por falta de agentes, agentes en prácticas que no disponen de uniforme, vehículos que no se pueden retirar de la vía pública porque el depósito municipal está desbordado… Luego hay otros ejemplos más preocupantes: carencias de seguridad en la armería, días en los que apenas hay 3 patrullas en toda la ciudad, servicios ordinarios que se prestan con 2 horas de retraso o directamente sin que acuda ninguna patrulla… Sin duda, muchos vecinos de l’Hospitalet que han llamado a la guardia urbana por un tema de ruidos o de convivencia saben perfectamente de lo que hablamos.
Las estadísticas de ciertos delitos son realmente escalofriantes. Según datos del Ministerio del Interior, se ha incrementado en un 118% el número de agresiones sexuales con penetración. Hay dos violaciones al mes en l’Hospitalet, cifras del todo intolerables. Es preciso llevar a cabo un plan de actuación específico contra la violencia de género en la ciudad como ha propuesto Cs.
Pero, antes que nada, es fundamental que el área de Seguridad, convivencia y civismo corrija su deriva de dejadez y mala gestión. No puede ser que el Plan Local de Seguridad 2014-2017 se presentara en 2014 y que estemos ya en 2019 y aun no se haya renovado. Vamos 2 años tarde. Pero es que el Grupo de Trabajo del Plan de Seguridad tenía que reunirse trimestralmente e informar periódicamente del grado de cumplimiento del Plan y no tenemos constancia de que se haya llegado a constituir. Nos tenían que informar cada año sobre la aplicación e incidencias del Plan Local de Seguridad y se está acabando el mandato y aun estamos esperando. Pero es que tenemos constancia de que ha habido años en los que la Junta Local de Seguridad ni se ha reunido. Por no hablar de incompetencia manifiesta en la gestión al ser incapaces de licitar la adquisición de 64 chalecos de protección personal que tenían presupuestados para el 2018 o los retrasos recurrentes en las convocatorias de las oposiciones para la Guardia Urbana.
Gestionar el Ayuntamiento de l’Hospitalet es una tarea muy seria que afecta de forma muy importante a la vida de todos los vecinos, pero parece que la alcaldesa Núria Marín se toma el Ayuntamiento como su instrumento personal para salir en los medios o codearse con lo más granado de la sociedad y todo lo demás le trae sin cuidado si funciona correctamente. Los hospitalenses nos merecemos tener al frente del Ayuntamiento a alguien dispuesto a trabajar.
Reportaje de Cs l’Hospitalet publicado en El Llobregat del mes de febrero: