El gobierno de Núria Marín sigue instalado en un modelo obsoleto de expansión urbanística protagonizado por el macroproyecto del PDU Granvia-Llobregat y las operaciones que quedaron aparcadas en los tiempos de la burbuja inmobiliaria que implicarían unas 10.000 viviendas nuevas en l’Hospitalet. Esta política de crecimiento especulativo desaforado está generando una ciudad de dos velocidades que fomenta la desigualdad; siendo, además, el municipio más densamente poblado de Europa, es necesario replantear la política urbanística de l’Hospitalet. Una alta densidad de población tiene elementos positivos de eficiencia, pero también negativos ya que genera tensiones, por ejemplo, en convivencia y limpieza, por lo que hay que tender a una densidad sostenible y equilibrada.

El modelo que propone Cs está basado en la renovación urbana que es el principio progresista que protagoniza las conferencias internacionales de desarrollo urbano sostenible. El futuro pasa por rehabilitar los barrios, esponjarlos, crear zonas verdes y espacios de convivencia, crear, en definitiva, una ciudad amable para las personas, sin dejar que ningún barrio se quede atrás. Es una política lenta, laboriosa, a largo plazo pero en la que el Ayuntamiento ha de poner la proa. Sin embargo, tras 40 años en el gobierno de la ciudad, el PSC se resiste a abandonar las viejas políticas del pasado.

Artículo de opinión de Miguel García, portavoz de Cs l’Hospitalet, publicado en el Diari de L’Hospitalet

 

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