La Comisión de Fiestas de Bellvitge, que no se sabe muy bien a quién representa, este año ha vetado, excluido, a Cs, que representa a miles de hospitalenses, de los chiringuitos que montan partidos y entidades cada año. El motivo es que nos exige que incumplamos la ley. Quieren que la barra esté atendida por voluntarios del partido cuando esa es una práctica que no nos permite la ley y que la Agencia Tributaria está vigilando en las fiestas populares. Las barras de bar son una actividad económica que ha de declarar IVA y los trabajadores han de cotizar a la Seguridad Social. Por no hablar de que comidas y bebidas que se sirven al público tienen que ser manipuladas por profesionales. No valen supuestos voluntarios que, encima, muchos cobran en negro. Las fiestas mayores se tienen que adaptar a los tiempos que corren. No se pueden aferrar a viejas prácticas, muchas de las cuales, además, nos retrotraen a corruptelas de infausto recuerdo: imponer proveedores, exigir comisiones del 3%… Todo esto, una entidad que recibe generosas subvenciones del Ayuntamiento para gestionar las fiestas del barrio y que controlan destacados militantes del PSC. Las Fiestas Mayores se tienen que gestionar de otra manera: transparente, representativa, que atienda a la sensibilidad y necesidades de todos los vecinos y, sobre todo, que no facilite el dinero negro y las corruptelas.
Artículo publicado en el Diari de l’Hospitalet, edición de Septiembre de 2019.
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