Las duras exigencias del confinamiento obligado por la pandemia refuerzan la evidencia de que l’Hospitalet necesita revertir la densidad de población de los barrios más aglomerados. El PSC sigue anclado en una política obsoleta que facilita la expansión urbanística y la especulación porque es lo más sencillo y le permite aumentar la recaudación por IBI y plusvalías. Con las promociones en marcha en los entornos de Cosme Toda, rambla Marina y otras planificadas, l’Hospitalet se dirige a una población de 300.000 habitantes en un término municipal de apenas 12 km2 con la presión que implica para los ya de por sí saturados equipamientos sociales disponibles en la ciudad.
Cs no dejaremos de insistir para conseguir una ciudad amable con las personas.