Con una inflación disparada del 10%, es sangrante que l’Hospitalet tenga el tipo de gravamen del IBI más alto de su entorno, 23% más alto que la media de los municipios limítrofes. Es particularmente injusto cuando l’Hospitalet es por lo general más humilde que el resto de municipios y la inflación es más cruel con las personas que lo tienen más difícil para llegar a final de mes. En Cs somos responsables y en lo peor de la pandemia entendimos que no era el mejor momento para reclamar la bajada del principal impuesto del Ayuntamiento, pero ahora que estamos dejando atrás la pandemia y la inflación está bajando drásticamente el poder adquisitivo de las familias, no hay excusas para no bajar el IBI cuando el Ayuntamiento presume cada año de un superávit millonario. La rebaja que plantea Cs, de 2,5% en 4 años, implica un descenso de ingresos de 1,8 millones al año, perfectamente asumible cuando, solo en el pasado Pleno, se aprobaron remanentes del año pasado de más de 8 millones de euros. El PSC no baja el IBI no porque no pueda, sino porque no quiere. No quiere renunciar a ni un euro para usarlo cuando y como le convenga. Y no porque afecte a la planificación del Ayuntamiento, porque esta es inexistente como atestigua que cada año dejan de ejecutar más de la mitad de las inversiones presupuestadas. El IBI se puede bajar en l’Hospitalet sin afectar ni una sola política social, solo gestionando mejor, pero la voluntad política del PSC no es esa, su política es hipócrita.

Artículo de Miguel García publicado en la edición de abril del Diari de l’Hospitalet