El Ayuntamiento, como el conjunto de las administraciones públicas, es un instrumento de los ciudadanos. Los políticos solo somos sus representantes aunque a muchos se les olvide, especialmente cuando se eternizan en el poder. Por eso, una de las prioridades de Cs es hacer de las administraciones una maquinaria lo más eficiente posible para prestar los servicios que requieren los ciudadanos con el menor coste posible. Es fácil gobernar subiendo el IBI o las tasas a las primeras de cambio, sin preocuparse de que a quien más afecta es a los más vulnerables.
Esto urge en momentos de crisis como el que vivimos, en que se multiplican las necesidades sociales mientras menguan los recursos públicos disponibles. Ahora, más que nunca, es imprescindible priorizar los recursos públicos donde más falta hace, como las guarderías de 0 a 3 años que facilitan la igualdad. Por eso, nada más estallar la crisis del COVID-19, advertimos al gobierno municipal que los presupuestos habían perdido validez y nos ofrecimos para llegar a un pacto de ciudad para poner en el centro las medidas sanitarias, de impulso económico y protección social que las circunstancias requieren.
A su vez, cada vez es más necesario abordar las reformas para garantizar la transparencia, eficiencia y rendición de cuentas del Ayuntamiento que desde Cs pedimos insistentemente y que la reciente investigación judicial del Consell Esportiu parece confirmar su urgencia.
Artículo de Miguel García, portavoz de Cs en el Ayuntamiento de l’Hospitalet, publicado en la edición de junio del Diari de l’Hospitalet